lunes, 25 de enero de 2010

Día 36: Liqueur


Otra noche se nos pasa y yo acabo en el suelo ahogandome en mi propio vomito. A la gente le encanta decir que voy por mal camino y que estoy equivocando mi rumbo.



Pero el que compra la botella y la ingiere soy yo. No ellos.




Me gusta sentir la fuerza pasional del alcohol destrozando mi esófago viajando hasta mi estomago deseando destrozar mi higado. Me da igual que me miren mal cuando bailo y no puedo mantenerme en pie.... me da igual si vomito y alguien me saca una foto.




Me da igual, siempre y cuando... siga estando ebrio.





x.o.x.o.

1 comentario:

  1. Bueno, ya sabes el samaritano que todos llevamos dentro... :p

    En cuanto a los caminos y los rumbos... para mí no existen, salvo que utilicemos esas palabras para describir algo que ya ha ocurrido. Aún así, pienso más en la vida como algo que observar plenamente en cada momento, y cada uno de esos momentos forman un devenir en el que además entran a formar parte el azar y la probabilidad... (como dijo en su día Ptolomeo)

    Buen dibujo... aunque, por motivos obvios, me gustan más tus piernas...

    Un beso...

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