Día 24: Fuego Lento.

Qué intensos son esos momentos en la vida en los que te dejas llevar por la corriente. Donde el río se convierte en lava y te dejas inundar en una ola de sensaciones inesperadas.

Nervios.

Miedo.

Pasión.

Pulsaciones.

Miradas.

Caricias.

Tu y yo... caminando a fuego lento.

x.o.x.o.

Día 23: Noche.

Fluctuando, las aguas del río nocturno chorreaban gotas gélidas de alientos perdidos sobre mi cabeza, almas rotas que pedían un descanso a su lamento sin final...

Rudos caballeros con brillantes armaduras rompían los espejos de la vergüenza, dónde solo existen los pecados y la fantasía es el máximo exponente de la realidad.

Entregamos la llave de nuestras emociones a la razón, y ésta nos encierra en la cárcel de la penumbra para siempre. Alas rotas, corazón vacío.

x.o.x.o.